SAN ESTEBAN CELEBRA EL BESAMANOS A LA VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS


La imagen de María Santísima Madre de los Desamparados, de la Hermandad de San Esteban, se encuentra expuesta en besamanos este fin de semana a los pies de la nave central del templo, ante la puerta que da a la calle Medinaceli.
La Virgen está vestida con el manto procesional, bordado en oro, y la saya de tisú de plata bordada también en oro, ambas prendas obra del taller de la propia hermandad. Luce también la corona de salida, de plata sobredorada, obra de Manuel Seco, un puñal y varios broches, entre ellos uno con el escudo de la hermandad. La dolorosa que tallara Manuel Galiano da a besar la mano derecha, mientras que en la izquierda sujeta un pañuelo de encaje y una rosa de pasión.
Una fina peana plateada eleva a la Virgen de los Desamparados, que tiene detrás los antiguos candelabros del paso de palio de la Virgen de la Merced de la Hermandad de Pasión situados sobre sendos pies de base cuadrada forrados de terciopelo burdeos con galones dorados.
Al fondo, ante un cortinaje de damasco rojo que oculta la puerta, hay un dosel que tiene como gotera varios paños de bocina, además de cresterías laterales de madera tallada y dorada. A los lados del dosel vemos unas mesas con otros más pequeños. Ante cada uno de ellos hay una jarra y dos jarritas del paso de palio con diversas flores de tonos rosas y blancos que también vemos en un gran centro a los pies de la dolorosa.
Por último, hay cinco lámparas de tipo sagrario en la parte superior, además de la bandera de la Virgen en el lado izquierdo y el estandarte corporativo en el derecho, flanqueadas ambas insignias por altos blandones dorados con velas blancas.
































Durante el besamanos, el altar de la Virgen de los Desamparados está ocupado por el simpecado de la cofradía.


El besamanos a la Virgen de los Desamparados permite contemplar dos estrenos que presentará este año la Hermandad de San Esteban. Por un lado, vemos la antigua saya de salida, que ha sido restaurada y pasada a terciopelo burdeos por José Antonio Grande de León. Es una saya del taller de Padilla estrenada en 1963 a partir de un traje de novia donado por la mujer del que era mayordomo de la hermandad, Manuel Muruve. En 1977 fue enriquecida por Carrasquilla y en 1996 fue pasada a un nuevo soporte de raso por el taller de la hermandad.


Y la otra novedad son los faldones del paso de palio, bordados por el taller de la hermandad en oro sobre terciopelo azul, según el diseño de José Luis Gómez Mármol.