EL SEÑOR DE LAS PENAS DE SAN ROQUE, EN BESAPIÉ CON UNA TÚNICA BLANCA


La Hermandad de San Roque ha celebrado durante este fin de semana el besapié a Nuestro Padre Jesús de las Penas, culto que siguió al quinario que tuvo lugar días atrás y que dio paso en la noche de ayer al vía crucis anual por las naves del templo parroquial.
Para estos cultos, en esta ocasión el Señor de las Penas se ha presentado a los devotos vestido con una túnica lisa de color blanco, llevando además corona de espinas y las potencias de plata sobredorada realizadas por Manuel Seco en 1960.
La imagen se encontraba para este besapié en el presbiterio alto de la Parroquia de San Roque, sobre las andas de la hermandad preparadas para el mencionado vía crucis. En la parte frontal de las andas se colocó este año el relicario del beato Marcelo Spínola que figura cada año en la delantera del paso de palio de la Virgen de Gracia y Esperanza.
El retablo mayor del templo se encontraba oculto tras un gran cortinaje de damasco rojo, ante el que se situó un sencillo dosel de terciopelo rojo, galones y borlones dorados, y una pequeña crestería de madera dorada. Delante del dosel se dispuso el estandarte sacramental de la hermandad entre candeleros y candelabros plateados con cera roja, así como dos jarras del paso de palio con diversas flores de tonos rojos y morados, las mismas que se encontraban a los pies del Señor sobre las andas.
Completaban el montaje de este besapié seis blandones dorados con cera roja, tres a cada lado, junto a otras dos jarras del palio y el estandarte corporativo de la Hermandad de San Roque en el lado izquierdo del presbiterio.
































Durante la celebración de los cultos en honor al Señor de las Penas, el altar de la hermandad, situado en la cabecera de la nave del Evangelio, ha estado presidido en solitario por la Virgen de Gracia y Esperanza, ubicada en el centro, en el lugar habitual del Señor, y vestida con manto verde y saya burdeos, ambas prendas con bordados en oro.


LA VIRGEN DE ARACELI, VESTIDA CON UN MANTO PROCEDENTE DE OSUNA


La Virgen de Araceli se encuentra desde la semana pasada ataviada para el tiempo ordinario, y especialmente para la festividad de la Presentación de Jesús en el templo, o lo que es lo mismo, la festividad de la Candelaria, que se celebra cada 2 de febrero.
En dicha vestimenta, como explica la hermandad, la Virgen luce saya de brocado antiguo, dejando ver el peto realizado con galones y botonaduras. Asimismo, cuenta con rostrillo de encajes de oro y perlas realizado por Jesús Corral Zambruno, director artístico de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla. Como curiosidad, Nuestra Señora de Araceli porta un manto de color rojo cereza, prestado por la Asociación Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación y Fátima de Osuna.
El Niño Jesús está ataviado con el clásico batón de cristianar, al que se le han añadido unos encajes de oro en sus bordes, trabajo realizado por Lola Naranjo Talavera.
Asimismo, en su mano derecha porta la Santísima Virgen una vela con un ramillete de flores de talco realizadas por el prioste de la hermandad, Enrique Calle Ramírez.







LA VIRGEN DE LA PAZ DE LA MORTAJA BAJA DEL RETABLO MAYOR AL PRESBITERIO


El próximo domingo la Hermandad de la Sagrada Mortaja celebrará la función solemne en honor a la imagen titular de su templo, Nuestra Señora de la Paz, con motivo de su reciente festividad, que tuvo lugar este martes, 24 de enero.
Para ello, la priostía de la hermandad ya ha procedido a bajar a la imagen del retablo mayor, donde durante todo el año recibe culto sobre el camarín donde se encuentra todo el conjunto escultórico del misterio de la Mortaja, que es precisamente donde antiguamente estaba la propia Virgen de la Paz hasta la llegada de la hermandad al templo en 1936.
Así, hasta el domingo la Virgen de la Paz estará situada en el presbiterio alto del templo del antiguo convento de hermanas agustinas, religiosas que tuvieron que abandonarlo en 1837 como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.
A falta de las flores que decoren el altar, que llegarán mañana, viernes, por la tarde, podemos describir ya el altar de la función solemne a la Virgen de la Paz, que se encuentra elevada sobre una sencilla peana cubierta de damasco rojo, ante la que hay una jarra plateada de forma alargada.
La Virgen viste manto de brocado de color rosa pálido, toca de sobremanto de malla y saya blanca con bordados en oro. El Niño Jesús, por su parte, lleva una pequeña túnica blanca también bordada en oro. Ambas imágenes tienen coronas de plata, mientras que la Virgen sujeta un cetro en la mano derecha y cuenta con una media luna a sus pies del mismo metal. Asimismo, luce un juego de broche y pendientes.
Flanquean a la Virgen de la Paz dos faroles, dos columnas de cerámica sobre las que se situarán las flores y ocho pequeños blandones dorados con cera blanca, mientras que detrás hay otros cuatro más grandes, dos a cada lado. Además, vemos varios candeleros también dorados sobre el banco del retablo.