Informe.

Por que, aparte de tu vida, en el vientre de tu madre se está gestando mi adultez.
Una infinidad de responsabilidades, problemas, estrés, resacas, gritos ensordecedores, llantos, caca. Mucha caca. Sin contar las risas, el orgullo, la paciencia y las madrugadas.
 Y ahora más que nunca añoro la infancia, la inocente y despreocupada infancia. Como todo borrego insatisfecho desearía poder vivir nuevamente mi vida sin complicaciones.
Y no creas que no lo intento, cada día que pasa intento revivir actitudes, sueños y juegos de antaño. Por que era la verdadera alegría.
Me encantaría volver a ser niño contigo, que juguemos alguna vez al pillarse o a las escondidas. Que nos caigamos juntos y nos destrocemos las rodillas. Que me hagas zancadillas y nos columpiemos.

Pero sé, de todas maneras, que por más que lo intente no podré lograr mi sueño infantil. Por que la vida sigue rodando y ni siquiera te das cuenta cuando te pasas al volante. Y ahí sin ni un misero conocimiento intentas manejarla, improvisando, siempre improvisando. Confundiré el freno con el embriague más de una vez, quedas avisado, pero en algún momento seré un buen conductor.
Y ya que yo, aburrido adolescente ad portas de la aburrida, monótona y viciosa vida adulta, no podré cumplir mi sueño de volver a tener la vida de un niño, tendré que dejarte todos esos benditos y encantadores años a ti. Y si que los tendrás.

Mientras tanto en estos meses que aun quedan, en los cuales ya estas practicando todo eso de estar desocupado, yo intentare jugar más, fumar menos, consumir algo menos de drogas (luego te explicaré de que se trata todo eso), trabajar (eso te lo explicará tu madre, que es mejor informando las cosas complicadas) y leer algunos libros.

Esperando con mas calma que ansías, se despide atentamente a usted quien en algún momento te explicará que hay que evitar mear en la ducha y luego, también, que la masturbación no es tan mala.