SAN BERNARDO CELEBRA EL BESAPIÉ AL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD


Después del vía crucis por las calles de la feligresía en la tarde de ayer, sábado, hoy la Hermandad de San Bernardo celebra el besapié al Santísimo Cristo de la Salud, que se encuentra para ello en el presbiterio alto de la parroquia del antiguo arrabal desde el que San Fernando planificó la reconquista de Sevilla.
El Cristo de la Salud, que luce las potencias de salida, está tumbado sobre una estructura cubierta con terciopelo negro, entre cuatro jarras del paso de palio de la Virgen del Refugio con una variedad floral de tonos rojos y morados, principalmente rosas y lirios. Las dos situadas a la altura de los brazos están elevadas sobre sendas columnas de madera dorada de capitel corintio y fuste estriado, mientras que las ubicadas en la base de la cruz están sobre pies dorados de base cuadrada. Además, delante de la cruz hay un gran centro de rosas rojas.
Un enorme cortinaje de terciopelo burdeos oculta el retablo mayor de la Parroquia de San Bernardo, y ante él vemos el dosel de cultos que cobija el paño mortuorio de la hermandad, bordado en oro y sedas de colores sobre terciopelo negro en el siglo XVIII.
A cada lado del dosel hay un candelabro plateado entre dos blandones dorados. Y otros cuatro blandones de mayor tamaño se sitúan en las esquinas del espacio que ocupa el crucificado. Completan el montaje de este besapié dos jarras más del paso de palio delante del conjunto, en los extremos, y otros dos centros florales a la altura del arco toral del templo.
































Por su parte, la Virgen del Refugio ocupa el altar del Cristo de la Salud vestida de hebrea, entre dos parejas de candeleros plateados con cera blanca.




LA ENCARNACIÓN ANUNCIA EN BESAMANOS QUE FALTAN NUEVE MESES PARA NAVIDAD


Con motivo de la festividad de la Encarnación de María, que se celebró ayer, justo nueve meses antes del día de Navidad, la Hermandad de la Cena expone este domingo en besamanos a la Virgen de gloria con dicha advocación que tiene como titular. Por ello, la imagen está ante el dosel de cultos de la hermandad, situado a su vez delante del cortinaje de damasco morado que separa la zona transitable de la Iglesia de los Terceros del crucero, que hasta que no se realicen las obras de mantenimiento necesarias no puede utilizarse para el culto.
La Virgen de la Encarnación, elevada sobre una peana de madera policromada y dorada, viste la saya de tisú bordada en oro que suele lucir en su salida procesional de cada primer domingo de octubre, así como un manto blanco de damasco. Además, tiene la corona y la ráfaga de plata de salida, varios broches, entre ellos el del emblema de la antigua esclavitud de la que fue titular, unos llamativos pendientes y un rosario en la mano derecha, mientras que es la izquierda la que da a besar. A los pies tiene una media luna que también lleva en su salida procesional y dos pequeñas jarras doradas con flores de talco.
Flanquean a la Virgen dos jarras pertenecientes al paso de palio de la Virgen del Subterráneo con claveles blancos. Las mismas flores están en otras cuatro jarras situadas sobre pies de damasco morado (dos delante y dos detrás) y en un centro delante del entarimado en el que se sitúa la imagen.
Junto al dosel vemos dos antiguos faroles de la hermandad con dos guardabrisas delante de cada uno de ellos, y a cada lado de las jarras ubicadas detrás hay dos altos blandones dorados con velas blancas de gas. Finalmente, el estandarte corporativo de la Hermandad de la Cena se sitúa en el lado derecho de todo el conjunto.