Actualizado 12 Septiembre 2014 - 02:00
| Argüelles, en las jornadas sobre la industria de Defensa en diciembre
El Secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, lo desmiente y precisa que el acuerdo consiste en que Defensa transmitirá “criterios concretos para la aplicación de estas políticas a los órganos que tengan encomendado el ejercicio de los derechos de socio en las sociedades mercantiles con participación pública estatal del sector de la defensa”. Recuerda también que la titularidad de los derechos económicos continúa en manos de Hacienda a través de la SEPI.
¿En qué cambiará la relación del Ministerio de Defensa con respecto a los astilleros públicos? ¿Qué podrá hacer ahora que no hacía antes?
El acuerdo tiene como objeto poner bajo la tutela del Ministerio de Defensa, en colaboración con otros tres departamentos, la protección y potenciación de un sector estratégico crítico para la propia seguridad nacional como es de la industria de defensa. Este acuerdo va a permitir a Defensa trabajar en pro de una industria de defensa mejor dimensionada, más viva tecnológicamente, más competitiva internacionalmente y menos vulnerable a la amenaza de ser absorbida por los jugadores extranjeros. Para ello es necesario contar con empresas competitivas, fuertes y con proyección internacional, tanto en el ámbito civil como militar, y Navantia ha de ser una de ellas. El Ministerio está volcado y comprometido en este fin. En este sentido, el acuerdo del Consejo de Ministros es una herramienta que facilita la implantación de una política industrial coherente, con visión integral y orientada a la potenciación del sector.
¿Cómo se traslada eso a Navantia?
Un primer ejemplo de ello será la nueva serie de programas tecnológicos vinculados a la F-110, paso previo imprescindible antes de abordar el programa de construcción. Desde el Ministerio estamos trabajando para lanzar estos programas en los próximos meses con una doble perspectiva: desarrollar sistemas de última generación que, por una parte, cumplan los requisitos de nuestra Armada y que, por otro lado, permitan a las compañías que participen, entre ellas Navantia, alcanzar un nivel tecnológico adecuado para su participación en futuros programas de construcción y, cómo no, en proyectos orientados al mercado internacional.
¿Supondrá este cambio tener más peso en el consejo de administración de la SEPI y de Navantia?
El acuerdo no cambia el porcentaje de participación pública en las empresas ni el titular de las acciones, ni tampoco la configuración de la representación en los consejos de administración. Esto significa que el Gobierno seguirá teniendo el mismo peso en las empresas del sector de defensa en las que participa y que lo ejercerá tan sólo en esas empresas, y por tanto también en Navantia, a través del Ministerio de Defensa en colaboración con los demás ministerios.
Partidos y sindicatos consideran que esta decisión podría marginar a la construcción naval civil en los astilleros públicos de la ría de Ferrol...
El Ministerio de Defensa no va a definir las actuaciones de Navantia en el sector civil. La actividad civil en una Navantia fuerte y competitiva redundará en beneficio de la compañía y por tanto en beneficio de la defensa.
¿Se está negociando a nivel europeo la constitución de un grupo naval potente, capaz de competir en los concursos internacionales con otras economías más poderosas en estos momentos –EEUU, China –?
En este momento no existe ningún plan de integración europea del sector naval militar que esté siendo evaluado por el Ministerio. Es cierto que desde el Consejo Europeo de diciembre la Comisión está avanzando en una hoja de ruta para la potenciación y consolidación del sector industrial europeo de la defensa, pero en el ámbito naval no hay ninguna actuación ni propuesta sobre la mesa.
Jesús Varela
¿Frente común en Ferrolterra por la reactivación del dique? ¿Pero de qué frente común nos habla la prensa? En ese sentido, en el naval de esta comarca nos encontramos hoy exactamente igual que hace un año, dos, seis o diez. Exactamente igual. Ninguna alianza, y no la hay, que no cuente con la presencia de los dos grandes partidos se puede entender como frente común por nada. Lo que ahora sucede es un poco de lo mismo de lo que viene ocurriendo desde hace años. Los que no gobiernan, en este caso los de izquierdas, unen sus voces para desprestigiar (no entro en si o no merecidamente) al partido gobernante, como en otros momentos los que ahora gobiernan lo hicieron con los que ahora están en la oposición. Y nada más. Es decir, lo que se persigue “fundamentalmente” es el desgaste y el desprestigio de quien gobierna. Y hasta ahí.
Cuando hace escasas fechas pudimos conocer como la UE le daba la espalda al Dique Flotante, pudimos comprobar, una vez más, como el escudero del PP en Ferrolterra, Miguel Tellado, cargaba las tintas – como siempre – contra todo lo que oliese a puño y rosa. Destacados representantes del partido socialista apuntaban, sin rubor de ningún tipo como si ellos nada tuviesen que ver con la situación del naval en nuestra Ría, a todo el PP señalándoles como los auténticos culpables de esta situación. Y más allá de estos protagonistas, y como siempre, intentando – lícitamente – aprovecharse de las circunstancias, IU dispara a unos y otros intentando pescar en rio revuelto. ¿Y eso es frente común?
Los políticos de esta comarca lo primero que hicieron, una vez conocida la opinión de la UE, fue sacudirse la mierda que cada uno pudiese tener e intentar lanzársela al oponente de turno. Es decir, justo lo contrario a lo que debieran si efectivamente tuviesen la idea de crear un frente común para pelear por unos mismos objetivos. Aquí se sigue utilizando al naval como carnaza política y mientras no cambiemos el chip, no tenemos nada que hacer.
¿No es curioso que a estas alturas se pregunte por la situación de Astano, como hizo la eurodiputada de AGE, Lidia Senra? ¿Pero como es posible que el conselleiro de Industria, Francisco Conde, diga que abordará el próximo día 11 con los representantes del naval ferrolano, ¿?, el asunto del fin del veto y la situación actual de las factorías ferrolanas? ¿No tendría que estar esto más que visto y tratado a tan solo 115 días del fin del veto? ¿Cómo puede decir el eurodiputado del PSOE, Pepe Blanco, que el gobierno del PP no supo negociar por el Dique Flotante? ¿Supo hacerlo el gobierno del PSOE? Por favor, esto es una tomadura de pelo colectiva.
Creo sinceramente que – aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid – todos los partidos políticos de Galicia y de Ferrolterra en particular, le llevaron velas a la Virgen de Chamorro para que la decisión de la UE sobre el Dique fuese la que fue, ya que así, ya tienen de lo que hablar y de lo que acusarse para las próximas elecciones. Como vienen haciendo en los últimos veinte años.
Los que están en la oposición siempre están criticando que el que gobierna no tenga voluntad política de solucionar esta situación extremadamente grave que vive nuestro naval y por tanto nuestra comarca, pero la pregunta es ¿La tienen ellos? Porque pasar por el gobierno ya pasaron todos ¿Y en qué se notó, aquí en Ferrolterra?