VIERNES DE BESAPIÉ AL CAUTIVO EN LA IGLESIA DE SAN ILDEFONSO


Desde primera hora de la mañana, la Iglesia de San Ildefonso ha acogido a un buen número de devotos del Cautivo que se han acercado para besar sus pies. En algunos momentos, se ha formado una larga cola de personas en la misma plaza, alcanzando incluso la calle Boteros.
Tal es la devoción de la ciudad a una imagen que recoge los desvelos y las preocupaciones de tantas personas a lo largo del año, pero especialmente en estos días de Cuaresma, en los que cada petición, cada ruego y también cada agradecimiento se manifiesta en forma de vela encendida en la mesa que se extiende a lo largo de la nave central del templo, además, claro está, del beso en sus pies e incluso caricias en la túnica o en el cíngulo del Señor.
En esta ocasión, el Cautivo de San Ildefonso se ha mostrado a sus fieles sobre una alta peana forrada de damasco rojo, vestido con una túnica morada lisa con el escapulario trinitario en el pecho, corona de espinas y potencias sobre su melena natural.
Se encuentra flanqueado por dos columnas doradas de fuste salomónico que sostienen sendos centros florales compuestos de claveles rojos, lirios morados y estátice; y junto a ellos, unos candelabros plateados con velas blancas sobre pies de madera dorada. Detrás vemos el habitual dosel ante un cortinaje que oculta el altar principal del templo y los cuatro faroles del pequeño paso de los vía crucis del Cautivo, aunque este año, como se sabe, saldrá en vía crucis sobre el paso de San Juan Bosco de la Archicofradía de María Auxiliadora de la Trinidad. Será el próximo viernes 31 para conmemorar el CLXXV aniversario de la bendición del templo de San Ildefonso.