Una semana después de la función solemne que tuvo lugar en la Iglesia de San Jorge, en el Hospital de la Caridad, la Hermandad del Baratillo celebró este domingo el besamanos a Nuestra Señora de la Piedad y al Santísimo Cristo de la Misericordia, que para este culto fueron ubicados sobre la peana procesional de la Virgen de la Caridad ante el retablo mayor de la capilla.
La Piedad vestía manto negro y saya burdeos, ambos bordados en oro, así como una de las diademas que suele alternar con otra en las estaciones de penitencia. Ésta, en concreto, era la que tiene el escudo de la hermandad en el centro. En el pecherín lucía un puñal y una medalla. Daba a besar la mano izquierda, mientras que con la derecha sujetaba al Cristo, del que también se podía besar la izquierda, teniendo junto al brazo derecho la corona de espinas.
Flanqueando a ambas imágenes veíamos dos jarras del paso de palio de la Caridad sobre columnas doradas con un pequeño fuste de estilo salomónico y capitel corintio. Las jarras contenían una variedad de flores de tonalidades blanca y morada, al igual que las jarras que había detrás, en el altar que presidía la imagen de San José, titular también de la hermandad.
San José estaba ante el dosel de cultos, que cubría el camarín de la Piedad, y sobre la peana procesional de la Pura y Limpia del Postigo. Además, a ambos lados de la imagen se disponían diferentes candeleros y candelabros con cirios de color blanco.
El estandarte corporativo en el lado izquierdo y la bandera votiva en el derecho completaban el montaje del altar de besamanos de la Piedad baratillera.
