BESAPIÉ EN LA PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN AL SEÑOR DE LA VICTORIA
La Hermandad de la Paz celebró ayer el besapié a Nuestro Padre Jesús de la Victoria, que estaba situado sobre una alta peana ante el dosel de cultos de la hermandad y un gran cortinaje de damasco rojo que tapaba el retablo mayor del templo, así como a la Virgen del Prado y a San Sebastián, titulares ambos de la hermandad que, sin embargo, permanecían completamente escondidos.
El Señor de la Victoria vestía túnica burdeos bordada en oro y un mantolín de terciopelo azul colgando del hombro izquierdo. Lucía las potencias de salida y contaba a sus pies con un friso de flores silvestres y hojarasca.
Flanqueaban al Señor cuatro grandes blandones dorados, dos a cada lado, con cera blanca, y en el centro de cada pareja había una jarra del paso de palio de la Virgen de la Paz sobre columnas doradas de fuste salomónico con una variedad floral de tonos rojos y morados que también veíamos detrás, ante el dosel y sobre pequeñas mesas de madera dorada, en jarritas también del palio.
Estas mesas tenían pequeños doseles que cobijaban unos faroles plateados y varios enseres litúrgicos.
Por su parte, la Virgen de la Paz estaba presidiendo en solitario el retablo de la hermandad en la capilla sacramental, donde no estaba la imagen de San Juan Evangelista, escondido también como la Virgen del Prado y San Sebastián.