San Vicente de Paul.-
Nació en el pueblecito de Pouy en Francia, en 1580. San Vicente, -cuyo nombre significa victorioso-, solía decir, por experiencia propia, a los impacientes: "Tres veces hablé cuando estaba de mal genio y con ira, y las tres veces dije barbaridades". Por eso, cuando le ofendían, permanecía siempre callado, en silencio, como Jesús en su Santísima Pasión.
El Ministro Gondi nombró al Padre Vicente como Capellán de las grandes regiones donde tenía sus haciendas. Descubrió allí con horror, que los campesinos ignoraban totalmente la religión, que las pocas confesiones que hacía eran sacrílegas, porque callaban casi todo, y que no tenían quién los instruyera.
Se consiguió un grupo de sacerdotes amigos para empezar a predicar misiones por esos pueblos. La gente acudía por centenares y miles, a escuchar los sermones. Se confesaban y enmendaban su vida.
Fue ahí, donde vio la urgencia de fundar la Comunidad de Padres Vicentinos, dedicada a instruir y ayudar a los más necesitados.
La obra apostólica del Santo se extendió velozmente, fundando no sólo comunidades, sino también grupos de caridad para ayudar y enseñar a las gentes más pobres.



Sin embargo, con el objetivo de dirigir las misiones, el Santo notó la importancia de que fueran religiosas quienes colaborasen. Fundó, entonces, la Comunidad de las Hermanas Vicentinas, a cargo de Santa Luisa de Marillac.

Murió el 27 de septiembre de 1660, a los 80 años de edad. El Santo Padre León XIII lo proclamó Patrono de todas las asociaciones católicas de caridad.