Javier Leoz; NO RESULTA FÁCIL Domingo XXVII (A)




1.Resulta difícil, y a veces doloroso, ser enviados una y otra vez a la viña del Señor. Entre otras cosas porque, las resistencias o contradicciones con las que nos encontramos, pueden llegar a mermar o debilitar nuestras iniciativas. ¡Cuándo llegaremos a comprender que no podemos ser más que el Maestro: Jesús también se topó con incomprensiones y descalificaciones.
Seguimos, un domingo más, en la viña y como viña del Señor. Y, al escuchar el evangelio de este día, retomo las palabras del Papa emérito Benedicto XVI en Alemania: “hay una progresiva indiferencia hacia la religión en las sociedades europeas”.


¡Qué peligrosa esta situación! ¿En qué valores sustentaremos el futuro de nuestras democracias? ¿Será posible prescindir del cristianismo (cuando algunos intentan con guante blanco o negro dinamitarlo) y mantener toda la estructura cultural, política, social que ha surgido como consecuencia de él?
            Hay muchas formas de tomar parte en un suicidio colectivo, en una ruina moral de nuestras sociedades. Una de ellas es precisamente la de quedarnos de brazos cruzados. La de no trabajar para que, el cristianismo, siga aportando a nuestra realidad aquello que tanto necesita y echamos en falta: ética, justicia, razón, progreso bien entendido y valores trascendentales. De lo contrario…podemos llegar a ser, sin darnos cuenta, viñadores suicidas de la inmensa viña que nuestros antepasados nos han dejado: la fe.
2.Muchas veces, más por demagogia que por convencimiento real, miramos a las instancias eclesiales como aquellos que matan las esperanzas de un nuevo modelo de Iglesia. Como si, el cambio real de nuestra Iglesia, dependiera de quien está arriba o abajo. Todos, allá donde nos encontramos, podemos dar un nuevo rostro, una nueva imagen a nuestra comunidad eclesial: con nuestro testimonio eficaz, vivo y comprometido. Y, ser cristiano o católico en estos tiempos, es ser conscientes de que muchas cosas las entendemos y las queremos al revés del mundo. Lo contrario, por si lo hemos olvidado, sería una traición al evangelio. No queremos una viña del Señor con los sarmientos que el mundo pretende injertarnos. No sería bueno una viña del Señor con el “abono envenenado” que los poderes fácticos intentan esparcir sobre lo santo y bueno que la Iglesia guarda como depositaria de la fe. No sería valiente, por temor o temblor, sucumbir ante los viñadores homicidas que, por muchos y variados intereses, intentan silenciar, vilipendiar y debilitar la riqueza de la viña del Señor porque la quieren a su antojo: en vez de uvas, quisieran que produjera manzanas…y eso no puede ser.
Seamos fieles a lo que el Señor nos ha confiado. No seamos colaboradores de los que, con crítica destructiva y bien orquestada, nos llaman a la deserción. Mantengamos nuestra unión y, en ella, estará nuestra fuerza. Somos la viña del Señor y, porque somos de El, estamos llamados a dar fruto divino (no mundano), a explotar en yemas de caridad, de amor, de justicia y de perdón. ¡Demos fruto y que sea abundante! Pero no seamos homicidas de lo mucho y bueno que el Señor ha sembrado en lo más hondo de nuestras entrañas. ¿Lo intentamos? Seamos fieles a lo que nos envía el Señor.


QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, MI SEÑOR (Javier Leoz)
Que reflexione, si en lo más hondo de mis entrañas,
brota la maldad o la bondad
abunda la alegría o la tristeza
el deseo de venganza el ofrecimiento de misericordia
Que recapacite siempre, Señor,
sobre si soy siervo  o dueño e interesado de tu herencia
Que nunca, más allá de darte gloria,
me quede con aquello que no me corresponde:
que en lo tuyo, sea siempre dócil y pronto
que en lo mío, nunca pretenda mi interés,
que en lo tuyo, actúe con diligencia y verdad
que en lo mío, sea siempre transparente
que en lo tuyo, sea auténtico y noble
que en lo mío, no fabrique mi propio “yo”
QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, MI SEÑOR
Que no aborte los planes que has diseñado para mí
Que no obstaculice tu gracia con mis pecados
Que no frene tu Espíritu con mis malos modos
Que no esconda los buenos frutos de mi ser cristiano
QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, SEÑOR
Hazme comprender que, lo que Tú me das,
no es mío…sino totalmente tuyo
Que a Ti, junto conmigo mismo, ha de volver todo
Que ante Ti, con lo bueno y lo malo,
he de dar cuentas de lo mucho o poco trabajado
Que por Ti, he de ser cepa y sarmiento
que, con buen gusto y buena cara,
he de  dar el diez, el veinte o el treinta por ciento
QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, SEÑOR
Que no vuelva la espalda a tantos signos de tu presencia
Que no presente mil excusas para dejarme llevar por tu Palabra
Que no viva como si Tú no existieras
Que no camine dudando, una y otra vez, de si “esto es cosa tuya”
QUE NO SEA CRUEL CONTIGO, SEÑOR
No se cumpla mi voluntad, sino la tuya
No avance por mi camino, sino por tu senda
No descalifique a los que me rodean, sino que los comprenda
No trabaje para mi causa..sino siempre para Ti, para lo tuyo
contigo y contigo, con lo tuyo y para tu Reino.
Amén.