BIDEAN REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DE CADA DÍA JUEVES, día 25 de Septiembre EVANGELIO: Lucas 9, 7-9

25ª Semana del Tiempo Ordinario
JUEVES, día 25 de Septiembre

EVANGELIO: Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros que había aparecido Elías; y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
- «A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.


CLAVES para la LECTURA


- Jesús, al constituir el grupo de los Doce y enviarles en misión, muestra su voluntad de reunir al pueblo de Israel para el tiempo de la salvación (9, lss). ¿Cómo reacciona ante este hecho el mundo del poder? Lucas nos refiere la perplejidad de Herodes Antipas, que no consigue situar al Nazareno en ninguno de sus esquemas. Frente al torbellino de opiniones que circulan sobre Jesús, Herodes no sabe qué pensar de él. El evangelista se hace eco de que la gente capta algo de la grandeza de Jesús, puesto que lo compara con un profeta, con Elías e incluso con Juan redivivo, pero, a pesar de todo, es incapaz de captar la novedad presente en Jesús.


- «Y tenía ganas de verlo» (v. 9): querer enterarse personalmente de quién era realmente Jesús sería una cosa positiva si ese deseo estuviera movido por intenciones serias, como ocurrirá con Zaqueo (Lc 19, 3). Sin embargo, no es éste el caso de Herodes. El hecho de que se confiese cínicamente a sí mismo, sin remordimientos, que hizo decapitar al Bautista y de haber hecho callar de este modo una voz que le era hostil, muestra que la suya es sólo una curiosidad superficial y veleidosa. Todo esto quedará claro en el relato de la pasión (Lc 23, 8-10). Herodes, pues, representa al hombre curioso que no quiere convertirse en discípulo de Jesús, pero al que le gustaría ver fenómenos religiosos extraordinarios, incluso algún signo obrado por Jesús.


CLAVES para la VIDA


- Está claro que la persona de Jesús crea reacciones diversas y de índole bien diferente. Mientras que la gente sencilla descubre en él una presencia profética (con todo lo que ello supone); otros más bien se dejan llevar por la simple curiosidad, pero sin pasar de ahí. Es el típico caso de Herodes, más dado a fenómenos extraordinarios que a la acogida abierta de la novedad de Jesús.

- Y es que convertirse en “discípulo de Jesús” es mucho más que una curiosidad, más o menos superficial (actitud de Herodes); es mucho más que conseguir un autógrafo, o buscar lo maravilloso y milagrero. Sólo desde una actitud de fe y sencillez de corazón se logra entender, poco a poco, su identidad como enviado de Dios y su misión salvadora. Sólo desde aquí es posible “hacerse discípulo suyo”. Es la propuesta de este texto evangélico. Y yo… ¿ayudo a otros a enterarse de toda la riqueza de Jesús? ¿Soy cauce real para que quienes “deseen ver a Jesús” se puedan encontrar con Él y su verdad? Porque ésta es mi misión de creyente y seguidor de Jesús: ser CAUCE para que otros se encuentren con Él, superando la fase de la curiosidad o el “milagrito salvador”.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA


“Señor Jesús, necesito superar la mera curiosidad respecto de ti y de tu Buena Nueva. Lo quiero, Señor. Ayúdame a dar el paso de forma efectiva y real”.