El teléfono no paraba de sonar. Abrió los ojos con dificultad, contestó. Una voz femenina empezó a hablar muy rápidamente tanto, que casi no podía seguirle el ritmo. Escucho "accidente", "hospital" y fue todo lo que necesito saber.
Corriendo, tomo su bolso y se subió al primer taxi que vio en la calle. Llego al hospital con el corazón en vilo, estaba la mama del amor de su vida esperandola en la puerta.
Le explico entre sollozos que se había caído de la escalera, que estaba mal, que corría peligro. Ya no podía controlar ser fuerte, se derrumbo delante de esos ojos tristes.
En cuanto la dejaron ir a verlo, no dudo ni un segundo. Con seguridad abrió al puerta. Ahí estaba, tendido sobre una cama, rodeado de blanco, paredes, sabanas, estantes, mesita de luz...
Lleno de moretones y a pesar de que su estado era deplorable, cuando la vio le sonrió, y acto seguido se le ilumino la carita. Susurro algo inaudible, la muchacha corrió a abrazarlo.