Un paso al Costado (Estracto de la Nouvelle)

Un buen día, revisando mi correo electrónico, hallé un mensaje de David proponiéndome encontrarnos la noche del año nuevo debajo de la Torre Eiffel (exactamente a las cero horas). Él me esperaría con una botella de champán, ansioso por festejar su matrimonio con Andrea. Ese mensaje me dio un ataque de risa pero me inquietó mucho, tanto así, qué decidí buscar a Vea. Caminé varias calles hasta cansarme y entrar en razón, y darme cuenta de que estaba a punto de buscar una parte de mi pasado solo para engañarme otra vez. Y me detuve, fue lo mejor que hice, encendí un cigarrillo, y me senté en una esquina. Todos parecían correr en varias direcciones.
Al promediar las ocho de la noche, regresé a casa y encontré a Oriana preparando tallarines con salsa verde. Había comprado una botella de vino y llevaba puesto aquel vestido negro ceñido al cuerpo. Me quité el gabán, la abracé, la besé, y le pedí que se casara conmigo. Entonces todo se congeló, y Oriana empezó a llorar, moviendo su cabeza de izquierda a derecha repetidas veces, mientras el olor a salsa de albahaca invadía toda la cocina.