LA ESTRELLA DE TRIANA, EN BESAMANOS


María Santísima de la Estrella ha estado expuesta en besamanos este fin de semana en su capilla de la calle San Jacinto, elevada sobre una fina peana de plata y vestida con su manto procesional y una saya de terciopelo azul bordado en oro por las Hermanas Antúnez. Además, lucía la corona de la Coronación Canónica, un puñal, sus características tres estrellas y la réplica de la Medalla de la Ciudad en el pecherín, y un pañuelo y un rosario en la mano izquierda, siendo la derecha la que daba a besar.
Detrás, el retablo de la capilla estaba cubierto por un cortinaje de terciopelo burdeos ante el que veíamos un dosel de cultos con un trono de reina cedido por la Hermandad del Carmen del Santo Ángel.
Desde el trono hasta la Virgen bajaba una escalinata adornada con jarras y violeteras del paso de palio con rosas blancas, que era el exorno floral de este besamanos, repartidas tanto en dichas jarras como en varios centros y en unas columnas de madera tallada y dorada que flanqueaban a la dolorosa y en las que había también unos pequeños candelabros plateados. Además, había unos pétalos de rosa sobre la peana, a los pies de la Estrella.
Completaba el montaje del altar de este besamanos la presencia de diversos candeleros con cera blanca dispuestos en diferentes alturas a ambos lados de la escalinata.




































LOS TITULARES DE LA EXALTACIÓN YA ESTÁN EN LA IGLESIA DE LOS TERCEROS


Un año más, y ya van trece, la Hermandad de la Exaltación tendrá que salir de la Iglesia de los Terceros, sede de la Hermandad de la Cena, por el cierre de Santa Catalina, cuyas obras, postergadas durante años, no avanzan y no permiten por ello hablar de cuándo será posible su reapertura. El caso de Santa Catalina es, sin duda, el más claro ejemplo del abandono del patrimonio sevillano que tantas veces se ha denunciado, sin que la denuncia haya servido para cambiar mentalidades.
Por ello, de nuevo vemos en los Terceros cómo se montan dos pasos de palio en paralelo, tal cual vemos en la fotografía: el de la Virgen del Subterráneo y el de la Virgen de las Lágrimas, a la espera de que en estos días lleguen también al templo, que para más inri tiene gran parte de su superficie inutilizable, los tres pasos que faltan: los misterios de la Cena y la Exaltación, y el paso del Cristo de la Humildad y Paciencia.



De momento, los titulares de la Hermandad de la Exaltación ya están en los Terceros. Llegaron el viernes desde la que es su sede provisional desde 2014, la Parroquia de San Román, y se encuentran, junto a los titulares de la Cena, en la capilla sacramental del templo de la calle Sol.



BESAPIÉ EN LA PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN AL SEÑOR DE LA VICTORIA


La Hermandad de la Paz celebró ayer el besapié a Nuestro Padre Jesús de la Victoria, que estaba situado sobre una alta peana ante el dosel de cultos de la hermandad y un gran cortinaje de damasco rojo que tapaba el retablo mayor del templo, así como a la Virgen del Prado y a San Sebastián, titulares ambos de la hermandad que, sin embargo, permanecían completamente escondidos.
El Señor de la Victoria vestía túnica burdeos bordada en oro y un mantolín de terciopelo azul colgando del hombro izquierdo. Lucía las potencias de salida y contaba a sus pies con un friso de flores silvestres y hojarasca.
Flanqueaban al Señor cuatro grandes blandones dorados, dos a cada lado, con cera blanca, y en el centro de cada pareja había una jarra del paso de palio de la Virgen de la Paz sobre columnas doradas de fuste salomónico con una variedad floral de tonos rojos y morados que también veíamos detrás, ante el dosel y sobre pequeñas mesas de madera dorada, en jarritas también del palio.
Estas mesas tenían pequeños doseles que cobijaban unos faroles plateados y varios enseres litúrgicos.























Por su parte, la Virgen de la Paz estaba presidiendo en solitario el retablo de la hermandad en la capilla sacramental, donde no estaba la imagen de San Juan Evangelista, escondido también como la Virgen del Prado y San Sebastián.