EL BESAPIÉ CIERRA LOS CULTOS EN HONOR AL SEÑOR DE LA SALUD DE SAN NICOLÁS


La Hermandad de la Candelaria concluye este fin de semana los cultos anuales a Nuestro Padre Jesús de la Salud con su besapié, tras el quinario celebrado la semana pasada (ver) y el vía crucis de anoche por las calles de la feligresía (ver).
Para ello, el Nazareno de Ocampo se encuentra sobre las andas del vía crucis, a las que se le han retirado los candelabros y la crestería, ante el dosel de cultos de la hermandad y sobre la plataforma forrada de color rojo que permite, mediante sendas rampas en sus extremos, la subida y bajada del besapié.
El Señor lleva, como anoche, las potencias y la cruz de salida, y el exorno se compone de las mismas flores que adornaban las andas durante el vía crucis (gerberas, claveles y rosas rojas), dispuestas en un pequeño monte a los pies de la imagen. Junto a las andas hay dos columnas de madera dorada que sostienen unas jarras del paso de palio de la Virgen de la Candelaria con las mismas flores.
Entre el Señor y el dosel hay dos blandones dorados con tallas de ángeles mancebos como fuste, mientras que delante, a cada lado del altar, hay sendos blandones plateados, todos ellos con cera blanca, el mismo color que tienen los cirios colocados sobre los dieciocho candeleros, nueve a cada lado, que vemos sobre las rejas que delimitan el presbiterio alto del templo de San Nicolás; rejas que se encuentran ahora tapadas por telas de damasco rojo con terciopelo del mismo color y encaje dorado.

























EL SEÑOR CON LA CRUZ AL HOMBRO DE LA HERMANDAD DEL VALLE, EN BESAMANOS


La Iglesia de la Anunciación acoge durante este fin de semana el besamanos a Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro de la Hermandad del Valle, que se encuentra ante el presbiterio del templo universitario sobre la peana procesional de Nuestra Señora del Valle, que tiene sobre ella cuatro cirios color tiniebla, y cargando con la cruz que lleva cada Jueves Santo en el paso de la Calle de la Amargura.
El Señor viste su túnica de salida y lleva corona de espinas y las potencias que también luce en la estación de penitencia. Está flanqueado además por dos sencillas jarras plateadas con claveles rojos, lirios morados, calas blancas y estátice, mientras que sobre la peana hay una tupida alfombra de flores muy similares. Las jarras se elevan sobre pies de base octogonal con espejos en cada una de sus caras.
Hacia los extremos del altar, a la misma altura que el Nazareno, vemos los faroles de las esquinas de su paso sobre pies forrados de terciopelo morado con el emblema de la hermandad y más flores como las anteriormente descritas, unas en el suelo y otras sobre jarras detrás.
Al fondo, el dosel de cultos de la hermandad está presidido por la imagen de la Santa Mujer Verónica con el paño que realizaron el año pasado los hermanos Manuel Pedro y Miguel Pablo Rosado Garcés. Ante ella se despliega una serie de candeleros plateados con cirios de color tiniebla y cuatro ángeles portando elementos de la Pasión del Señor; dos en los extremos y otros dos en la parte inferior, junto a dos pequeños ángeles mancebos que portan filacterias de color morado y que flanquean a un crucificado de marfil situado ante un manifestador de plata.
El altar queda completo con la presencia de dos pequeños doseles en los lados de todo el conjunto con diversos enseres litúrgicos y entre candelabros metálicos de color negro y ciriales. Finalmente, hay que indicar la presencia de un total de ocho grandes blandones dorados, seis delante y los otros dos detrás, junto a las rampas de subida y bajada del besamanos.