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Lecturas Misa, Domingo 28 de Septiembre de 2014 by Administrador

Domingo 28 de Septiembre de 2014
26º domingo durante el año
Verde
Semana II del Salterio
(San Wenceslao, mártir; santos Lorenzo Ruiz y compañeros, mártires)
Domingo Bíblico Nacional

Antífona      cf. Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42

Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque pecamos contra ti y no obedecimos tu ley; pero glorifica tu nombre, tratándonos según tu gran misericordia.

Oración colecta

Dios nuestro, que manifiestas tu poder sobre todo en la misericordia y el perdón, derrama sin cesar tu gracia sobre nosotros, para que, deseando tus promesas, nos hagas participar de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

1ª lectura     Ez 18, 24-28

Lectura de la profecía de Ezequiel.
Esto dice el Señor: Si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá. Ustedes dirán: “El proceder del Señor no es correcto”. Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida. Él ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá.
Palabra de Dios.

Comentario

El profeta se queja de que el pueblo le echa la culpa a Dios de sus desgracias y fracasos. Espera que Dios, para demostrar que es justo, tenga que responder a los caprichos de un pueblo. Y Dios responde. Y los ubica: es el pueblo el injusto, y debe hacerse cargo de sus propios pecados.

 

Salmo 24, 4-9

R. Acuérdate, Señor, de tu compasión.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,
y yo espero en ti todo el día. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías mi juventud:
por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. R.

2ª lectura      Flp 2, 1-11;

(* más breve: Flp 2, 1-5.)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.
Hermanos: Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por interés ni por vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. Vivan con los mismos sentimientos que hay en Cristo Jesús. * Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: “Jesucristo es el Señor”.
Palabra de Dios.

Comentario

Los sentimientos de Jesús nos inspiran a vivir en fraternidad, y a ser servidores de los hermanos. Jesús entregó su vida como un servicio de amor; nosotros no podemos vivir de otra manera.

 

Aleluya        Jn 10, 27

Aleluya. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio     Mt 21, 28-32

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’. Él respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.
Palabra del Señor.

Comentario

Muchos somos los que vemos y criticamos a quienes en primera instancia, se plantan en un “NO”. Hay muchos tipos de negaciones. Pero quien ha dicho “NO”, no ha cerrado definitivamente sus opciones. Siempre estará a tiempo de gritar un “SI”, o de balbucear una vida positiva. Por eso, estemos preparados a recibir en nuestro corazón a quienes alguna vez se nos presentaron negativamente.

Oración sobre las ofrendas

Dios misericordioso, concédenos que nuestra ofrenda te sea aceptable, y que, mediante ella, se nos abra la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        cf. Sal 118, 49-50

Acuérdate, Señor, de la palabra que diste a tu servidor, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor.

O bien:          1Jn 3, 16

En esto hemos conocido el amor de Dios: que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.

Oración después de la comunión

Por esta eucaristía que hemos celebrado, renueva, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte anunciamos y compartimos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Lecturas Misa, Sábado 27 de Septiembre de 2014 by Administrador

Sábado 27 de Septiembre de 2014
San Vicente de Paúl, presbítero
Memoria obligatoria. Blanco
Vicente nació en Aquitania (Francia), el 24 de abril de 1581. A los 19 años recibió la ordenación sacerdotal. Cayó prisionero de los mahometanos primero y luego de los piratas. A pesar de haber estado muy cerca de la nobleza de París, fundó asociaciones para atender las necesidades de los pobres y enfermos: la confraternidad de las Damas de la Caridad, los Siervos de los pobres, la Congregación de los Sacerdotes de la Misión (Lazaristas) y las Hijas de la Caridad. Murió el 27 de septiembre de 1660.

Antífona de entrada          Cfr. Lc 4, 18

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres y a sanar a los que se arrepienten de corazón.


Oración colecta

Dios nuestro, que para el servicio de los pobres y la formación del clero infundiste las virtudes apostólicas en el presbítero san Vicente de Paúl, concédenos que, animados por su mismo espíritu, amemos lo que él amó y pongamos por obra lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Lectura        Ecl 11, 9?12, 8

Lectura del libro del Eclesiastés.
Alégrate, muchacho, mientras eres joven, y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles. Sigue los impulsos de tu corazón y lo que es un incentivo para tus ojos; pero ten presente que por todo eso Dios te llamará a juicio. Aparta de tu corazón la tristeza y aleja de tu carne el dolor, porque la juventud y la aurora de la vida pasan fugazmente. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días penosos y vengan los años en los que dirás: “No encuentro en ellos ningún placer”; antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes cargadas de lluvia. En aquel día temblarán los guardianes de la casa y se encorvarán los hombres vigorosos; se detendrán las moledoras, que ya serán pocas, y se oscurecerán las que miran por las ventanas; se cerrarán las puertas de la calle, mientras declina el ruido del molino; cesará el canto de los pájaros y enmudecerán las que entonan canciones. Entonces se temerán las cuestas empinadas y los terrores acecharán por el camino. El almendro estará florecido, se pondrá pesada la langosta y la alcaparra perderá su eficacia. Porque el hombre se va a su morada eterna, mientras las plañideras rondan por la calle. Sí, acuérdate de él antes que se corte la hebra de plata y se quiebre la ampolla de oro, antes que se haga pedazos el cántaro en la fuente y se rompa la cuerda del aljibe; antes que el polvo vuelva a la tierra, como lo que es, y el aliento vuelva a Dios, porque es él quien lo dio. ¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet. ¡Nada más que vanidad!
Palabra de Dios.

Comentario

Nuevamente Qohelet trata de ubicarse ante la vida. Una vida efímera, que al final se llevará no solo nuestra juventud, sino también nuestras glorias y triunfos. Nada es eterno. Por eso nos invita a ver a nuestro Creador, el único Eterno, que nos hizo para él, y de quien dependen todas las cosas.

 

Salmo 89, 3-6. 12-14. 17

R. ¡Tú has sido nuestro refugio, Señor!

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”.
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar
la obra de nuestras manos. R.

Aleluya        cf. 2Tim 1, 10

Aleluya. Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluya.

Evangelio     Lc 9, 43-45

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”. Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resulta­ba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.
Palabra del Señor.

Comentario

Jesús no adivinó su futuro. Ni tuvo una visión de su muerte. Pudo prever este desenlace fatal porque sabía muy bien lo que estaba haciendo y diciendo. Y la grandeza de Jesús se demuestra en que no dejó de hacer ni de decir aquello que lo llevaría a la cruz.

Oración sobre las ofrendas

Dios nuestro, que diste a san Vicente la gracia de realizar en su vida lo que celebraba en estos santos misterios, concédenos, por este sacrificio, ser transformados en una ofrenda agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        cf. Sal 106, 8-9

Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos.

Oración después de la comunión

Renovados con este sacramento celestial, te suplicamos, Dios nuestro, que, para imitar a tu Hijo en la evangelización a los pobres, siguiendo el ejemplo de san Vicente, recibamos la ayuda de su intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lecturas Misa, Viernes 26 de Septiembre de 2014 by Administrador

Viernes 26 de Septiembre de 2014
Misa a elección:
Feria. Verde
Santos Cosme y Damián, mártires. Memoria libre. Rojo
Tanto como de otros mártires de los primeros siglos, poco sabemos de la vida de Cosme y Damián. Se supone que padecieron el martirio bajo el imperio de Diocleciano, a comienzos del siglo IV. Como la tradición afirma que estos hermanos eran médicos, fueron nombrados patronos de los médicos y farmacéuticos.

Antífona de entrada

Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

Oración colecta

Dios nuestro, que estableciste el fundamento de la ley divina en el amor a ti y al prójimo, concédenos que, cumpliendo lo que mandas, merezcamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


O bien:         de los santos Cosme y Damián

Te alabamos, Padre, en la conmemoración de tus santos Cosme y Damián, porque a ellos les diste la gloria eterna, y a nosotros nos proteges con admirable providencia. Por nuestro Señor Jesucristo...

Lectura        Ecl 3, 1-11

Lectura del libro del Eclesiastés.
Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para sanar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. ¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo? Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella. Él hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.
Palabra de Dios.

Comentario

Tenemos que tener la suficiente sabiduría como para darnos cuenta de que no podemos abarcar el misterio de Dios, sus obras, sus intenciones, su plan. Dios es misterio, y ante él nos rendimos y lo adoramos. La sabiduría nos enseña a “recibir de Dios” más que “subir hacia él”.

 

Salmo 143, 1a. 2-4

R. ¡Bendito sea el Señor, mi Roca!

Bendito sea el Señor, mi Roca,
él es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo. R.
Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides,
y el ser humano, para que pienses en él?
El hombre es semejante a un soplo,
y sus días son como una sombra fugaz. R.

Aleluya        Mc 10, 45

Aleluya. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Aleluya.

Evangelio     Lc 9, 18-22

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un día en qué Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”. “Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro, tomando la palabra, respondió: “Tú eres el Mesías de Dios”. Y él les ordenó terminantemente que no lo anunciaran a nadie, diciéndoles: “El Hijo del hombre debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Palabra del Señor.

Comentario

No es fácil definir a Jesús, porque no lo conocemos bien. Y está bien que así sea. Jesús no es un profeta resucitado, ni Elías, ni nadie conocido. Sabemos quién “no es”, pero para saber “quién es” debemos vivir en comunión con él, y dejar que toda nuestra vida, durante todo el tiempo de nuestra existencia, sea iluminada por él. Y así, recién cuando lo contemplemos, podremos comenzar a conocerlo verdaderamente.

Oración sobre las ofrendas

Acepta con bondad, Señor, las ofrendas de tu pueblo, y, por medio de este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Sal 118, 4-5

Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos.

O bien:          cf. Jn 10, 14

Dice el Señor: “Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”.

Oración después de la comunión

Te pedimos, Padre, que acompañes siempre con tu auxilio a los que alimentas con tus sacramentos, para que en estos misterios recibamos los frutos de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lecturas Misa, Jueves 25 de Septiembre de 2014 by Administrador

Jueves 25 de Septiembre de 2014
De la feria. Verde

Antífona de entrada

Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

Oración colecta

Dios nuestro, que estableciste el fundamento de la ley divina en el amor a ti y al prójimo, concédenos que, cumpliendo lo que mandas, merezcamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Lectura        Ecl 1, 2-11

Lectura del libro del Eclesiastés.
¡Vanidad, pura vanidad!, dice el sabio Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol? Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece. El sol sale y se pone, y se dirige afanosamente hacia el lugar de donde saldrá otra vez. El viento va hacia el sur y gira hacia el norte; va dando vueltas y vueltas, y retorna sobre su curso. Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al mismo lugar donde van los ríos, allí vuelven a ir. Todas las cosas están gastadas, más de lo que se puede expresar. ¿No se sacia el ojo de ver, el oído no se cansa de escuchar? Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡No hay nada nuevo bajo el sol! Si hay algo de lo que dicen: “Mira, esto sí que es algo nuevo”, en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros. No queda el recuerdo de las cosas pasadas, ni quedará el recuerdo de las futuras en aquellos que vendrán después.
Palabra de Dios.

Comentario


El escepticismo de Qohelet está bien fundamentado: ¿Para qué entregar la vida y la energía en aquello que no va a perdurar ni nos hará más grandes? Eso es sabiduría. Debemos tener la suficiente claridad para dedicar la vida a lo que verdaderamente valga la pena. Eso es sabiduría. Nada extraordinario, pero bastante olvidado.

 

Salmo 89, 3-6. 12-14. 17

R. ¡Tú eres nuestro refugio, Señor!

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”.
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.
Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.

Aleluya        Jn 14, 6

Aleluya. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.

Evangelio     Lc 9, 7-9

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que Jesús hacía y enseñaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”. Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?”. Y trataba de verlo.
Palabra del Señor.

Comentario

Herodes se pregunta, se inquieta, se cuestiona. La presencia de Jesús le revela sus propios actos: él es un asesino. Su poder ahora puede estar condicionado por este hombre que simplemente habla, y del cual nadie tiene certeza de quién es verdaderamente. Es muy bueno que nuestra vida y nuestras palabras lleguen a cuestionar a quienes están en el poder.

Oración sobre las ofrendas

Acepta con bondad, Señor, las ofrendas de tu pueblo, y, por medio de este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Sal 118, 4-5

Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos.

O bien:          cf. Jn 10, 14

Dice el Señor: “Yo soy el buen Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”.

Oración después de la comunión

Te pedimos, Padre, que acompañes siempre con tu auxilio a los que alimentas con tus sacramentos, para que en estos misterios recibamos los frutos de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lecturas Misa, Martes 23 de Septiembre de 2014 by Administrador

Martes 23 de Septiembre de 2014
San Pío de Pietrelcina, presbítero y religioso
Memoria obligatoria. Blanco
Mundial de la sonrisa
Día de las Bibliotecas populares
Heredero espiritual de san Francisco de Asís, el padre Pío de Pietrelcina ha sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el “Fraile” estigmatizado. El padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se empeñó con todas sus fuerzas por la salvación de las almas. Los testimonios sobre su gran santidad de fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos de gratitud. Sus intercesiones providenciales acerca de Dios fueron para muchos hombres causa de sanación en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.

Antífona de entrada          cf. Sal 15, 5-6

El Señor es mi herencia y mi cáliz; tú me entregas mi herencia.


Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, que concediste al presbítero san Pío de Pietrelcina la gracia singular de participar en la cruz de tu Hijo y, por su ministerio, renovaste las maravillas de tu misericordia; concédenos, por su intercesión que lleguemos felizmente a la gloria de la resurrección, al ser asociados a los sufrimientos de Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Lectura        Prov 21, 1-6. 10-13

Lectura del libro de los Proverbios.
El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: Él lo dirige hacia donde quiere. Al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones. Practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios. Los ojos altaneros, el corazón arrogante, la luz de los malvados: todo eso es pecado. Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se precipita acaba en la indigencia. Tesoros adquiridos con engaños son ilusión fugaz de los que buscan la muerte. El alma del malvado desea el mal, él no se apiada de su prójimo. El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente, y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio. El justo observa la casa del malvado y precipita en la desgracia a los malos. El que cierra los oídos al clamor del débil llamará y no se le responderá.
Palabra de Dios.

Comentario

Necesitamos pensar y reflexionar cómo vivimos y cómo proyectamos nuestras decisiones. El sabio autor de este libro nos ayuda a vernos, y a meditar no solo sobre nuestra conducta sino sobre lo que hay en nuestro corazón. Eso nos ayudará a no engañarnos a nosotros mismos, y dejar a Dios el verdadero juicio, que siempre será objetivo y salvador.

 

Salmo 118, 1. 27. 30. 34-35. 44

R. ¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!

Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor.
Instrúyeme en el camino de tus leyes,
y yo meditaré tus maravillas. R.
Elegí el camino de la verdad,
puse tus decretos delante de mí.
Instrúyeme, para que observe tu ley
y la cumpla de todo corazón. R.
Condúceme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella tengo puesta mi alegría.
Yo cumpliré fielmente tu ley:
lo haré siempre, eternamente. R.

Aleluya        Lc 11, 28

Aleluya. Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Aleluya.

Evangelio     Lc 8, 19-21

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: “Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte”. Pero él les respondió: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
Palabra del Señor.

Comentario

“Esta relación familiar no tiene su razón de ser ni en la raza ni en la sangre (como sucede en Israel), sino en la fe en Dios y la obediencia a su voluntad. Los discípulos de Jesús son todos hijos de Dios, hermanos de Jesús y hermanos entre sí” (Luis H. Rivas, La obra de Lucas. El evangelio, Ed. Ágape).

Oración sobre las ofrendas

Dios misericordioso, que te dignaste hacer de san Pío de Pietrelcina, una nueva creatura según tu imagen, despojándolo de su antigua condición, concédenos que, renovados también nosotros, podamos ofrecer un sacrificio agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        cf. Mt 19, 27-29

Yo les digo: “Ustedes que lo dejaron todo y me siguieron, recibirán cien veces más, y poseerán la vida eterna”.

Oración después de la comunión

Por la eficacia de este sacramento te pedimos, Padre, que a ejemplo de san Pío de Pietrelcina, nos conduzcas siempre por el camino de tu amor y perfecciones hasta el día de Cristo Jesús la buena obra que has comenzado en nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.