Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuentos. Mostrar todas las entradas

Érase una vez... Las moscas


Las moscas
De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron:

-- ¡ Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer !


Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente. No te vayas a ahogar dentro de ellas.

Érase una vez...La vieja y el médico




La vieja y el médico

Una vieja enferma de la vista llamó, con la promesa de pagarle, a un médico. Este se presentó en su casa, y cada vez que le aplicaba el ungüento no dejaba, mientras la vieja tenía los ojos cerrados, de robarle los muebles poco a poco.

Cuando ya no quedaba nada, terminó también la cura, y el médico reclamó el salario convenido. Se negó a pagar la vieja, y aquél la llevó ante los jueces. La vieja declaró que, en efecto, le había prometido el pago si le curaba la vista, pero que su estado, después de la cura del médico había empeorado.

-Porque antes - dijo - veía todos los muebles que había en mi casa, y ahora no veo ninguno.


A los malvados, sus mismos actos los delatan.

Érase una vez...El labrador y las grullas



El labrador y las grullas

Algunas grullas escarbaban sobre terrenos recién sembrados con trigo. Durante algún tiempo el labrador blandía una honda vacía, ahuyentándolas por el pánico que les producía. 

Pero cuando las aves se dieron cuenta del truco, ya no se alejaban de su comida. El labrador, viendo esto, cargó su honda con piedras y mató muchas de las grullas. 

Las sobrevivientes inmediatamente abandonaron el lugar, lamentándose unas a otras: 

-Mejor nos vamos a Liliput, pues este hombre ya no contento con asustarnos, ha empezado a mostrarnos lo que realmente puede hacer.

 Cuando las palabras no dan a entender, la acción sí lo hará.

[PDF]Cuentos de niños y niñas - Junta de Andalucía

www.juntadeandalucia.es/.../109bbd62-1dd0-401d-a88c-993fa78a56c1
Por el contrario, Ana María Matute nos ofrece una visión ... Ana María Matute nació en Barcelona en 1925 en el seno de ... vista_AMM. pdf (El Mundo, 5-I-2008

El abad de un monasterio se hallaba muy preocupado. Años atrás, su monasterio había visto tiempos de esplendor. Sus celdas habían estado repletas de jóvenes novicios y en la capilla resonaba el canto armonioso de sus monjes. Pero habían llegado malos tiempos: la gente ya no acudía al monasterio a alimentar su espíritu. La avalancha de jóvenes candidatos había cesado y la capilla se hallaba silenciosa. Sólo quedaban unos pocos monjes que cumplían triste y rutinariamente sus obligaciones.

Un día, decidió pedir consejo, y acudió a un anciano obispo que tenía fama de ser hombre muy sabio en su avanzada edad. Emprendió el viaje, y días después se encontró frente al buen hombre. Le planteó la situación y le preguntó: "¿A qué se debe esta triste situación? ¿Hemos cometido acaso algún pecado?". A lo que el anciano obispo respondió: "Sí. Han cometido un pecado de ignorancia. El mismo Señor Jesucristo se ha disfrazado y está viviendo en medio de ustedes, y ustedes no lo saben". Y no dijo más.

El abad se retiró y emprendió el camino de regreso a su monasterio. Durante el viaje sentía como si el corazón se le saliese del pecho. ¡No podía creerlo! ¡El mismísimo Hijo de Dios estaba viviendo ahí en medio de sus monjes! ¿Cómo no había sido capaz de reconocerle? ¿Sería el hermano sacristán? ¿Tal vez el hermano cocinero? ¿O el hermano administrador? ¡No, el no! Por desgracia, él tenía demasiados defectos… Pero el anciano obispo había dicho que se había "disfrazado". ¿No serían acaso aquellos defectos parte de su disfraz? Bien mirado, todos en el convento tenían defectos… ¡y uno de ellos tenía que ser Jesucristo!

Cuando llegó al monasterio, reunió a sus monjes y les contó lo que había averiguado. Los monjes se miraban incrédulos unos a otros. ¿Jesucristo… aquí? ¡Increíble! Claro que si estaba disfrazado…. Entonces, tal vez… Podría ser Fulano.. ¿O Mengano? ¿O….?

Una cosa era cierta: Si el Hijo de Dios estaba allí disfrazado, no era probable que pudieran reconocerlo. De modo que empezaron todos a tratarse con respeto y consideración. "Nunca se sabe", pensaba cada cual para sí cuando trataba con otro monje, "tal vez sea éste…"

El resultado fue que el monasterio recobró su antiguo ambiente de gozo desbordante. Pronto volvieron a acudir decenas de candidatos pidiendo ser admitidos en la Orden, y en la capilla volvió a resonar el jubiloso canto de los monjes, radiantes del espíritu de Amor.

El Maestro estaba de un talante comunicativo, y por eso sus discípulos trataron de que les hiciera saber las fases por las que había pasado en su búsqueda de la divinidad.
 - «Primero», les dijo, «Dios me condujo de la mano al País de la Acción, donde permanecí una serie de años. Luego volvió y me condujo al País de la Aflicción, y allí viví hasta que mi corazón quedó purificado de toda afección desordenada. Entonces fue cuando me vi en el País del Amor, cuyas ardientes llamas consumieron cuanto quedaba en mí de egoísmo. Tras de lo cual, accedí al País del Silencio, donde se desvelaron ante mis asombrados ojos los misterios de la vida y de la muerte».
 - «¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?», le preguntaron.
 - «No», respondió el Maestro. «Un día dijo Dios: “Hoy voy a llevarte al santuario más escondido del Templo, al corazón del propio Dios”. Y fui conducido al País de la Risa».

Érase una vez...El hombre calvo y la mosca



El hombre calvo y la mosca

Un mosquito, para alimentarse, se posaba sobre la cabeza desnuda de un hombre calvo, quien  procurando destruirlo, se dio una pesada palmada. Huyendo, el mosquito dijo en tono burlón:
--Usted, que ha buscado venganza, hasta con la muerte, por la presencia de un insecto diminuto, vea qué daño se ha hecho por añadir su propio  insulto a la herida.--

El hombre calvo contestó:

--Puedo hacer fácilmente la paz conmigo, porque sé que yo no tenía ninguna intención de dañarme. Pero en cuanto a usted, un insecto mal favorecido y desdeñable que se deleita con sorber la sangre humana, lamento que yo no pudiera haberle matado aun si yo hubiera incurrido en una pena más pesada.--


Muchas veces, por no pensar en defendernos con un plan adecuado, el daño nos lo hacemos nosotros mismos.

CUENTOS CORTOS

CUENTO 1
CONTROLSICA CHINA
NARRADOR Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se olvidase de traerle un peine. Después de vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros, y bebieron y lo celebraron largamente. (AMBIENTE) Después, un poco confuso, en el momento de regresar, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar. Entonces, compró en una tienda para mujeres lo primero que le llamó la atención: un espejo. Y regresó al pueblo.
CONTROLSICA DE TRANSICIÓN
NARRADOR Entregó el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas. La mujer le dio el espejo y le dijo:
MUJER Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.
NARRADOR La madre tomó el espejo, lo miró y le dijo a su hija:
MADRE No tienes de qué preocuparte, es una vieja.


CUENTO 2
NARRADORA Todas las noches, antes de dormir, pasaba horas y horas dando vueltas en la cama, pensando sobre la vida, su signficado y su sentido. Pero estos pensamientos lo deprimían mucho, porque siempre llegaba a la conclusión de que la vida no valía nada, porque al final todos nos vamos a morir.
EFECTO RELOJ
NARRADORA Cansado de todo eso, decidió empezar una estricta dieta donde la última comida la hacía a las seis de la tarde y así, por las noches, mientras pasaba sus acostumbradas horas dando vueltas en la cama, en vez de pensar sobre la vida, pensaba en lo que iba a desayunar al día siguiente. Y desde entonces fue muy feliz en su ignorancia.

CUENTO 3
NARRADOR Tan pronto salió de su capullo, la mariposa pretenciosa olvidó todo su pasado, y ahora, cuando las orugas curiosas se le acercan para preguntarle si duele mucho convertirse en mariposa, ella las ignora porque no le gusta que la vean hablando con esas orugas gordas y feas.

CUENTO 4
NARRADORA Mark había tenido un hermano gemelo. Se llamaba Bill. Se parecían tanto los dos que nadie podía distinguirlos, hasta el punto que tenían que atarles cintas de colores a las muñecas para saber quién era quién. Un día, los dejaron solos en la bañera y uno de ellos se ahogó. El chapoteo en el agua había desatado las cintas, de manera que nunca se supo a ciencia cierta cuál de los dos había muerto.
MARK Desde entonces, no sé si soy yo o mi hermano.
NARRADORA Un cuento de Mark Twain.
Imagen de: https://www.flickr.com/photos/sebadella/8093560730/

Érase una vez... El asno juguetón

El asno juguetón

Un asno se subió al techo de una casa y brincando allá arriba, resquebrajó el techado. Corrió el dueño tras de él y lo bajó de inmediato, castigándolo severamente con un leño. Dijo entonces el asno:

 -¿Por qué me castigan, si yo vi ayer al mono hacer exactamente lo mismo y todos reían felizmente, como si les estuviera dando un gran espectáculo?

Trabaja siempre para lo que te has preparado, no hagas lo que no es de tu campo.