DI QUE SÍ

    


          Por supuesto, claro que sí. Y es que son muchas son las razones que nos obligan a decir que si. Hoy el dique flotante ya es, afortunadamente, una reivindicación unitaria de toda la sociedad de Ferrolterra, y lo es, por el trabajo desarrollado por múltiples y diferentes entidades cuyo único fin es mejorar, tanto las condiciones presentes como las de futuro de esta comarca. Sin embargo y por no ser precisamente nunca mencionado, muy pocos son los que conocen la labor desarrollada y lo aportado por la asociación Tribuna para el Diálogo en esta causa.

          Si, Tribuna para el Diálogo y en el más estricto anonimato, inicia un proceso de contactos políticos en el mes de Febrero del 2011 que comienzan con el actual alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, en aquel entonces concejal en la oposición y que continúan con la ejecutiva del PSOE, con representantes del BNG, de IU y rematan con el líder de IF. Y cuando consideró que la semilla había enraizado y que ya era una demanda asumida por todas las agrupaciones políticas – bueno, todas excepto una – desapareció de escena al considerar que su trabajo ya estaba hecho y que a partir de ahí, ya todo dependía de la acción política que pudiesen y quisiesen desarrollar las respectivas formaciones. Efectivamente, Tribuna para el Diálogo no fue una de las entidades que se subió al carro una vez puesto el carro en marcha. Fue de las que desde los primeros momentos hizo que el carro cogiese velocidad.

          Dicho esto y como reconocimiento público a una labor sincera y desinteresada, hay que decir que el dique flotante y ya al margen de lo que pueda representar su construcción en estos precisos momentos, es, en términos generales, una infraestructura fundamental tanto para la ciudad de Ferrol como para su área de influencia. La comarca de Ferrolterra.

          En primer lugar, significaría, hablando única y exclusivamente en términos de reparación, poder atender (mínimo) a 15 buques más por año, teniendo en cuenta que la media de reparación es de 20 días a los que hay que sumarle de 3 a 4 días más entre la preparación de la cama y la varada y salida de dique. Pero esto, sin olvidarnos de que, por su Eslora y su Manga, podría albergar incluso la reparación simultánea de dos buques a la vez, en función claro esta, de sus dimensiones. Y esto quiere decir que hablamos de la creación de alrededor de entre 400 y 500 nuevos puestos de trabajo directos y de unos 23 millones de euros, aproximadamente, más de facturación anual. Y si tenemos en cuenta que en Reparaciones más del 80 % de la facturación es en concepto de salarios, esto significaría que los ingresos de la sociedad de Ferrolterra se verían incrementados en unos 3.300 millones (mínimo) de las antiguas pesetas anualmente.

          En segundo lugar y por mucho que ya se haya dicho, hay que volver a insistir – por la capital importancia que tiene – en la trascendental incidencia que la construcción del dique flotante tendría en  el mantenimiento del empleo en las circunstancias actuales. Pues la construcción de este dique, salvaría – aproximadamente – unos 1.000 empleos durante un periodo no inferior a 20 meses.

          Y en tercer lugar, por el efecto dinamizador que ejercerían sobre la economía general de nuestra comarca los puestos de trabajo indirectos e inducidos que generaría su actividad. Pensemos por un momento que la media de   inspectores y técnicos por buque – y hablamos de un mínimo de 15 buques – es de 12 personas y considerando la media total de 24 días de reparación por buque, solo en este apartado, nos encontramos con una demanda de 4.320 plazas hoteleras al año. Y además, a esto hay que sumarle el efecto positivo que representaría tener por las calles de la ciudad, diariamente y a lo largo de todo el año, a las tripulaciones de esos 15 barcos (mínimo) comprendidas por entre 25 y 30 personas. O lo que es lo mismo, equivaldría a ganar a más de 400 personas, con posibilidades económicas, en el padrón municipal.

          Todo esto, se reflejaría a través de: Los provisionistas de buques, los consignatarios, los hoteles, los restaurantes, los taxis, las agencias de viajes, las agencias de alquiler de vehículos, la hostelería en general, el comercio de confección y calzado…etc. Y esto, sin olvidar también lo que representaría tanto para los remolcadores como para los prácticos del Puerto, unos colectivos estos, cuya facturación derivada de la reparación, llega a alcanzar, aproximadamente, hasta el 60% del total de sus ingresos.

          Más,  una vez vista la importancia capital que la construcción del dique supone para la economía de Ferrolterra, llega el momento de analizar técnicamente si el estudio realizado por el Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos de Galicia es mejorable. Y la respuesta es claramente afirmativa. El dique debe de ir más allá de ser un dique flotante convencional. Debe de reunir características que le hagan más versátil y a la vez, más rentable. Es decir, debe de ser autocarenable y además, debe de reunir opciones que le permitan acceder a la reparación de Plataformas Petrolíferas.

          Y en ese contexto, hay que decir que el Ingeniero Técnico Naval de nuestra ciudad, antiguo trabajador de la antigua Astano y profesor también que lo fue de la Politécnica de Serantes, D. Manuel Afonso de Amorín, ya desarrolló una idea, tremendamente interesante, técnicamente perfectamente viable y fácilmente asumible por las claras ventajas que supone sin alterar prácticamente su coste. Ahora es el momento de perfeccionar el proyecto, y lo es, porque tenemos que tener claro que el dique flotante es algo a lo que Ferrolterra no puede ni debe renunciar y por lo tanto, es algo por lo que va a tener que continuar peleando sin desfallecer.