Te vuelvo a dar las gracias

Sequía, sequía, sequía. Y que esperabas que las cosas llovieran como si nada, si la razon, repito, la razon por la que escribias, ya no te causa gracia, ya no te causa efectos, y sus antiguos efectos son rebeldes sin causa. Se fué, desapareció, desaparecí y cuando al fin lo hice, logré encontrarme tan idiota como siempre. Que la huevadita, que la hueá, que la huevada. Excusas antiguas y gastadas, que hechan a perder todo con ese tono seguro y esa calculada veracidad. Me creo mis mentiras y con ganas.
 Tengo malo el dobles, y me entra agua por el borde, pero para no dejar de ser optimista, me alegro de decir que el barco no esta medio vacio, esta medio lleno de agua.