El naval ferrolano encara la peor crisis de su historia




Diario de Ferrol-2012-01-31-009-2f6899be
  reportaje de Montse Mayoral    .Quienes vivieron en primera línea de la lucha sindical las sucesivas reconversiones navales que han sufrido los astilleros de la ría desde los años 80 coinciden en que la situación actual no tiene parangón. Es mucho peor y el terreno parece abonado para poner en marcha un nuevo proceso de “adelgazamiento” que amenaza con dejar el sector reducido a la mínima expresión. Así de claro lo expuso el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, en la carta  que recientemente remitió al nuevo presidente de la SEPI, Ramón Aguirre: “sin nuevos encargos para la construcción de buques y con los actuales pedidos ya muy avanzados, los astilleros de la ría de Ferrol se enfrentan a una caída en la ocupación que puede llevar al paro a unos 2.500 trabajadores de la industria auxiliar y generar un futuro incierto a los 2.400 puestos de trabajo directos”.

Está más que anunciada la debacle que va a sufrir la industria auxiliar y flota en el aire la amenaza de un ERE o un nuevo proceso de prejubilaciones para la plantilla propia de Navantia. Emilio Pantín (CCOO), que lideró a finales de los 80 alguno de los capítulos reivindicativos más sonados de la historia del naval ferrolano, considera que “el problema no es qué van a hacer con los trabajadores de la plantilla, si recortar o regular, el problema es que ese empleo ya no se va a sustituir”. Recuerda Pantín que las empresas auxiliares han cubierto en los últimos años los 1.200 puestos que dejaron las prejubilaciones de 2004, con lo que la capacidad de los astilleros no se resintió, al menos de forma importante. “Pero es que ahora no hay actividad y la comarca se queda sin su industria principal”, explica. “¿Es que alguien se ha preguntado qué habría sido de los astilleros si no nos hubiera tocado esa lotería que fueron los contratos de Noruega y Australia? Sin eso, yo creo que el naval en Ferrol ya no existiría”, explica el sindicalista.

Alfonso Tellado, otro histórico líder sindical, de la CIG, está convencido que se va a producir de nuevo una gran regulación. “Nos están a preparar psicolóxica e socialmente”, dice, apuntando al mismo tiempo que la movilización es “a única forma de loitar, pero isto non o resolve unha mobilización pequena”. Protagonista, durante sus “36 anos e nove meses” en la empresa, de diferentes acciones reivindicativas, Tellado   coincide con Pantín en que cada vez es más difícil conseguir contratos de nuevas construcciones y en que el dique flotante es una infraestructura que puede paliar el parón más inmediato y contribuir a mantener el área de reparaciones, con unos buenos resultados más que consolidados.
“Desde los años de la reconversión –dice Pantín– al naval solo le han puesto parches, no se crearon puestos industriales alternativos”. Ahora, explica el dirigente de CCOO, Navantia “tiene dos monstruos, que son Ferrol y Cádiz, y tiene que alimentar de carga de trabajo a los dos, ya sea con ocupación civil o militar; creo que seguirá habiendo nueva construcción, pero no para los dos centros de trabajo.”

Manifestación > Los trabajadores de la principal y las auxiliares retomarán hoy las movilizaciones, tal como se anunció la pasada semana. La plantilla de Fene llegará caminando hasta la factoría ferrolana y todos se dirigirán hasta la plaza de Armas, donde a las 12.30 horas está prevista una reunión entre los delegados sindicales y el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey. Como se recordará, el regidor local adquirió el compromiso de llevar al Gobierno central la demanda del dique flotante.
No existe, en la larga historia de Bazán, un antecedente de gradas vacías y falta de expectativas como el que se va a producir en el plazo de unos meses en la actual Navantia. Aunque sí hay muchos capítulos sobre regulaciones de empleo que se aplicaron con más o menos resistencia.

Este mes se cumplen precisamente veinte años de unas protestas que consiguieron frenar un ERE y reconducir una situación de falta de trabajo de la que se salió con la contratación de las fragatas “Navarra” y “Canarias” y, un poco más adelante, el encargo del “Chakri Naruebet”, Emilio Pantín y Alfonso Tellado vivieron aquellas protestas, que culminaron con un encierro del comité a bordo de la patrullera “Vigía” y el izado de la bandera gallega. La maniobra consiguió frenar un ERE que iba a afectar a 1.700 trabajadores de los 4.000 que entonces componían el cuadro de personal de Bazán-Ferrol.

En aquel año de 1992 Astano todavía empleaba a unas 2.000 personas, de manera que la plantilla de ambos astilleros –uno público y el otro privado– ascendía a 6.000 trabajadores. Cuando se produjo la fusión en el año 2000, de la que salió Izar, la compañía del Estado mantenía a más de 1.100 en Perlío y a unos 2.600 en Ferrol. Y el proceso de sucesivas reconversiones siguió en 2004, cuando se fueron a casa otros 1.200 operarios, con lo que la plantilla actual de Navantia en los dos astilleros de la ría es de unos 2.300 –solo unos 300 en Fene–. Eso sí, en momentos de alta ocupación las factorías son capaces de dar empleo a cerca de 4.000 operarios de auxiliares, con lo que se mantendrían los mismos puestos, aproximadamente, que antes de las reconversiones.